El queso se ha convertido en uno de los elementos indispensables en cualquier catering que se precie debido a su versatilidad a la hora de combinarlo con otros productos, a la variedad que existe, a sus innegables beneficios saludables y, por supuesto, a su excelente sabor.
Un producto ideal para cualquier tipo de evento
Este producto lácteo está presente en toda clase de eventos como bodas, cumpleaños, reuniones y cócteles. Un éxito incrementado por la manera tan estética en que se muestra a los invitados de unos años a esta parte y por la cantidad de modalidades y de sabores que se están trayendo de diversas partes del mundo. Pero es importante que no se exceda de entre cuatro y ocho tipos por servicio en función de lo protagonista que se desee que sea el queso en el acontecimiento.
La temperatura de conservación es esencial
Una de las principales ventajas de los quesos en un catering es sus incontables opciones de combinación: pueden ser de diferentes tipos de leche y de corteza, grados de maduración y de intensidad o zonas de producción. Y de aquellos que se escoja para el servicio dependerá la temperatura a la que haya que mantenerlos para que no pierdan sabor ni aroma o se modifique su textura. Para piezas maduradas es de 20-25ºC, para blandas de 18-20ºC y para frescas no más de 15ºC.
Un corte para cada queso
A la hora de servir los quesos en un catering también es primordial su corte, ya que no puede ser el mismo en todos. Por ejemplo, los cilíndricos se seccionan en láminas, los cilíndricos de pasta en rectángulos, en cuña o en bastones de 5 milímetros de espesor y los duros en lascas o pedazos irregulares.
Alimentos que maridan con los quesos
Es cierto que cada persona tiene un paladar diferente y que “para gustos, colores”, pero hay alimentos que maridan a la perfección con estos productos lácteos y que, además, aportan un color y una armonía inigualables a las tablas. No deben faltar diversos tipos de pan, duro o con miga, y algunos encurtidos como aceitunas y pepinillos. Tampoco los frutos secos, que regalan un toque crujiente a cada comensal, o frutas como uvas, higos y manzanas, que dan frescura al plato y sirven para limpiar la boca entre queso y queso en un catering.